RECORDATORIO.
Para los olvidadizos y la gente nueva que sólo conoce el discurso actual, les voy a hacer un recordatorio., El 15 de enero de 1991 fue creado el Fondo de Estabilización del Petróleo, con un monto de 200 millones de dólares, “obtenidos a través de los recursos adicionales provenientes del sobreprecio del cobre”. El mensaje que acompañó al proyecto de ley señalaba la necesidad de mitigar las constantes oscilaciones en el precio de este producto, debido a que teníamos una economía indexada que generaba efectos inerciales en la inflación, lo que limitaba la capacidad de lograr las metas para la reducción de ésta. Al mismo tiempo, el mensaje señaló que el Fondo no constituía un impuesto ni un subsidio, neutralidad que sólo podía lograrse mientras la utilización de sus recursos fuera sólo a la estabilización de precios de los combustibles derivados del petróleo, la imposibilidad de obtener aportes fiscales adicionales a los resultantes de la aplicación de dicha ley y la fijación de límites preestablecidos referente a las reservas acumuladas por el Fondo. El mecanismo funcionaba en base a precios de referencia (que eran fijados y revisados periódicamente por el Ministerio de Minería) con el fin de que el precio efectivo se mantuviera dentro de una banda. De esta forma, los flujos del Fondo y el efecto de largo plazo en el valor de los combustibles percibido por los consumidores dependían de cómo se fijaba esta banda. Supuestamente, los precios de referencia reflejaban el coste esperado de mediano y largo plazo del mercado del petróleo, considerando la evolución de los precios pasados y las perspectivas futuras. Por su parte, los precios de referencia utilizados por este Fondo debían ser modificados para evitar que el Fondo llegara a cero o que superara los 400 millones de dólares. A partir de marzo 1999, el precio internacional del petróleo comenzó a incrementarse aceleradamente hasta acumular un aumento superior al 150% entre febrero y diciembre de dicho año, mientras que los valores de referencia establecidos en diciembre fueron incluso 10% inferior a los establecidos en febrero para las gasolinas y 15% menor en el caso del diesel. Si bien hasta esa fecha el saldo del Fondo nunca había bajado de los 100 millones de dólares, en enero del 2000 llegó a 49 millones de dólares, producto del manejo discrecional de los precios de referencia ante las elecciones presidenciales en diciembre de 1999. En febrero del 2000, en vez de modificar el precio de referencia para evitar que se extinguiera el Fondo, se publicó una ley que le adicionaba 200 millones de dólares, provenientes del Fondo del Cobre. A junio de ese año ya se había utilizado 130 millones, lo que motivó a modificar nuevamente la ley para establecer un mecanismo de crédito decreciente a medida que el uso esperado del Fondo era superior a los recursos disponibles de éste. Sin embargo, ya en el primer semestre del 2001 el saldo era de apenas 7 millones de dólares. La neutralidad del Fondo se basaba en “la imposibilidad de obtener aportes fiscales adicionales” y que “los precios de referencia debían ser modificados para evitar que llegue a cero”, elementos que finalmente no se cumplieron. Por lo tanto, el objetivo central de entregar señales de mediano y largo plazo en el precio de los combustibles tampoco se cumplió. A comienzos del mes en curso fue aprobado en el Congreso el proyecto de ley que crea fondos de estabilización de precios de combustibles derivados del petróleo, argumentando también la necesidad de estabilizar una situación transitoria. El proyecto consiste en el “establecimiento de una banda de precios para cada combustible, en que si el precio de paridad de importación supera el máximo de la banda, el Gobierno entregará un crédito fiscal al productor o importador del combustible equivalente a la diferencia de precios, mientras que si el precio de paridad de importación está por debajo del mínimo de la banda, se aplicará un impuesto de beneficio fiscal que permitirá reinyectar recursos al fondo. Por su parte, la compensación podrá ser ajustada en caso que el fondo se desfinancie”. La reputación obtenida por las autoridades ante el manejo del Fondo de Estabilización del Petróleo, probablemente, ha sido internalizada por los agentes económicos, de forma que este nuevo proyecto es dinámicamente inconsistente, con lo cual resultará en una distorsión más en precios que ya están altamente distorsionados.
